Pas de l'Esport

Descubre el pueblo

HISTORIA DEL PAS DE LA CASA

El Pas de la Casa tiene una historia de un pueblo con un conjunto de eventos humanos, de sueños y decisiones sorprendentes que han construido el pueblo que conocemos en la actualidad.

El primer hombre que ha tenido una premonición de lo que había de suceder en aquel sitio inhóspito de los Valles de Andorra antes de su desarrollo comercial fue Miquel Montanya, también conocido por‘Calones’, en el año 1928, pidió al Honorable Comú el permiso para construir una ‘barraca’ o ‘refugio’ en la orilla del río, en la misma frontera francesa.

En esa fecha ya existía la 'Cabaña del Vaquer', la primera de todas las construcciones del Pas de la Casa, que se utilizaba en verano para controlar el ganado que pastaba en aquellas tierras llamadas 'Pleta' y 'Saliner' por parte de los campesinos de la Cerdanya y del Alta Arieja. El vaquero que ocupaba la cabaña era un tal Valentín, que no solo era el vaquero de aquellos lugares, sino que además era la persona de referencia de los cazadores franceses que, venidos de Tarn, venían a cazar algún rebeco. Valentín era una apuesta segura en la localización de estos animales.

En el año 1929, FHASA (Fuerzas Hidráulicas Andorranas, S.A.) empezó las obras de construcción de la carretera de Francia en el Pas de la Casa, circunstancia que generó movimiento de gente trabajadora en aquel rincón del mundo. Fue entonces cuando la Administración francesa se dio cuenta del movimiento económico y social en ese lugar fronterizo y estableció una aduana. Más tarde, se instaló un Control Andorrano.

En 1934 al 'Calones' le empezó a surgir competidores, primero con el 'Refugi dels Isards', construido por SR. Joaniquet de Tolosa, y en 1945 por SR. Borra, que construyó la 'barraqueta' que llevaba por nombre 'Xalet Sports Borra Bar-Restaurant'.

Con la posguerra empezó una época de barraquismo que duró entre cinco y seis años.

Los inicios del tejido comercial del Pas de la Casa datan de finales de la Guerra Mundial, cuando en Francia existía una fuerte crisis económica y comercial. Fue entonces cuando Amadeu Cirici y Pedro (un refugiado originario del Pallars Jussà) empezaron a comprar mercancía a comerciantes y mayoristas del otro lado de la frontera española que se llevaba hacia el Pas de la Casa. Esta iniciativa hizo que en el Pas de la Casa empezara a conocerse como el lugar donde podías encontrar de todo: vituallas, ropa, bebidas, conservas, café en sacos, chocolate, azúcar, arroz...

La media docena de barracas existentes en aquella época se nutrían constantemente de mercancías, lo que motivó la generación de una clientela fiel (gracias también a una aduana francesa elástica y tolerante).

El Pas de la Casa iba prosperando y las autoridades, viendo la metamorfosis que sufría el lugar, intervinieron y prohibieron la construcción de barracas de madera. En 1948, se edificó la primera casa de obra, 'El Pic Mari' de Martí Santuré y Cía. El Pas de la Casa, a partir de aquí, se fue convirtiendo en un pequeño centro comercial.

En 1957 se procedió a la construcción de la estación de Sud Radio a 2.500 metros de altura, edificio que recibió, el 23 de octubre de 1967, la visita del Presidente de la República Francesa, Charles de Gaulle. En 1958, aproximadamente, también llegó la línea telefónica al Pas de la Casa.

En el año 1956 empezó la verdadera transformación del Pas de la Casa, cuando el sueño del Sr. Francesc Viladomat de hacer una pista de esquí, empezó a tomar forma. Se pusieron en funcionamiento los trabajos para la instalación del primer telesquí. Tenía 2.000 metros de largo e iba desde los llanos del Pas de la Casa a las cimas del Pic Blanc, a 2.500 metros de altura. El Sr. Mariner construía los zócalos de los pilones y el 'Quiquet' (Sr. Francesc Hubac) transportaba el material con un 'jeep' destartalado.

El invierno de 1956-57, el telesquí se puso en funcionamiento, dando una inyección de grandeza en el Pas de la Casa.

A partir de aquí y con la llegada de una clientela que se iba obsesionando por el pueblo y su oferta comercial y deportiva, el Pas de la Casa fue creciendo, no sin esfuerzo y siempre superando situaciones adversas, convirtiéndolo en un pueblo con tejido no solo comercial, sino también hotelero y de restauración.

La clientela, a partir de 1958, y con la apertura regular de la carretera del Puerto de Envalira en invierno (vía inaugurada en los años 50), no solo era francesa, sino que los esquiadores españoles empezaron a dirigirse a la estación de esquí.

En los años 60 el Pas de la Casa era un verdadero destino turístico, un pueblo de construcciones modernas, casas confortables, con organización comunal, con agua, teléfono, luz, calefacción, centro escolar, carreteras asfaltadas, administraciones oficiales, servicio eclesiástico y médico, farmacia...

Actualmente, el Pas de la Casa es uno de los centros comerciales por excelencia del Principado de Andorra, un destino turístico de esquí en invierno, un escaparate para los deportes de montaña y un destino de turismo deportivo de altura.